Siempre encontré demasiado guapísimo al protagonista de la serie de niños que ve mi hija “Lazy Town“. El ex atleta olímpico y creador además de la serie aparece entrevistado en la última revista de Mujer de La Tercera, me dejó realmente sorprendida que además de bello es un tipo muy conciente y preocupado por cambiar los hábitos alimenticios de los niños del mundo.
Acá el artículo, o sino lo leen en La Tercera.
Magnús Scheving, logró lo que ninguna política pudo en Islandia, gracias a su show de tv.
“Había una vez un pequeño país europeo, con algo más de 300.000 habitantes, que hace más o menos 20 años fue invadido por las grandes cadenas de comida rápida. En poco tiempo el consumo de este tipo de productos, unido a la mala costumbre de ver televisión y jugar videojuegos, provocó que los niños comenzaran a elevar los índices de obesidad. El país era Islandia y esta historia real dio paso a un fenómeno llamado Lazytown y al despegue de un hombre, de cuerpo atlético y delgados bigotes, que se convirtió en superhéroe. Su nombre: Sportacus, el mismo que en vez de caminar da saltos y volteretas, que en lugar de comer dulces prefiere las frutas y verduras y que, sólo por diversión, hace flexiones. El flamante personaje de una serie televisiva que lleva 12 años en pantalla, que le ha cambiado literalmente la vida a niños de todo el mundo y cuyo creador es el ex atleta y campeón de gimnasia islandés Magnús Scheving.”
Los pequeños televidentes decidieron imitar las gracias y costumbres de este superhéroe: no más sedentarismo, no más grasas saturadas ni azúcar (ésta es para Sportacus lo que la kriptonita para Superman). Así, en 2005, en menos de una década de constante acción del personaje, la curva ascendente de obesidad en los menores de 7 años se detuvo por primera vez. Y con tal éxito hasta hoy que los niños islandeses saben que pueden comer helados y chocolates de vez en cuando, pero que deben estar en movimiento y tienen que gastar las calorías de más que ingieren.La historia no terminó ahí. Lo mejor de todo es que Sportacus no sólo logró cambiar los hábitos alimentarios locales, sino que amplió su radio de acción al Reino Unido, a otros países nórdicos, a Alemania, a España y después a Estados Unidos y a México. Su programa -del cual Scheving es guionista y productor, además de actor principal- pudo llegar también a otros países de Latinoamérica gracias al canal Discovery Kids.”
“Este hombre de 42 años llega justo a tiempo. Justo cuando los preescolares de nuestro país están exhibiendo cifras alarmantes de sobrepeso u obesidad. Según lo registra el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), casi el 30% de los menores de 5 años tienen este problema. “Sé que la realidad de la obesidad y el sedentarismo infantil en Chile es muy compleja, y es necesario el esfuerzo de todos los sectores del país para superarlo. Un solo hombre, una sola persona no puede hacerlo”, dice Scheving aludiendo a las estadísticas nacionales, que conoce bien gracias a que se mantiene informado respecto de la realidad de cada país. ”
Tal es su popularidad, que no le son necesarias burocráticas solicitudes para reunirse con jefes de Estado y ministros de salud y educación de naciones europeas. A Magnús Scheving se le abren las puertas de par en par. Mal que mal, el alcance de su programa ha hecho lo que las políticas públicas de salud no lograron en Islandia.
Al menos así lo corroboran las cifras entregadas por el ministerio de Salud de su país. Por ejemplo, respecto de una campaña que buscaba incrementar el consumo de frutas y verduras en la población infantil, gracias a la intervención de Magnús en el mensaje, la ingesta de estos alimentos entre los niños se incrementó un 12,5% y las ventas de bebidas de fantasía cayeron un 11%. La cartera de Salud se lo agradeció a través de una carta: “Gracias a usted y a Lazytown, los niños practican un estilo de vida más saludable”. Y las felicitaciones se extendieron incluso desde el mismísimo mandatario islandés, Ólafur Ragnar Grímsson, porque en 2004 la curva ascendente de obesidad en menores de 7 años se estabilizó en un 6% hasta hoy. Era algo que ocurría por primera vez en diez años y el presidente de esa nación le estaba agradecido. “Usted ha motivado a niños, padres y profesores, así como también a personeros del gobierno, a buscar un estilo de vida más sano y esforzarse para alcanzar las metas. No sólo en los deportes o en los negocios, sino también en la vida diaria”, reza la misiva del 12 de enero de 2006.
Scheving lleva más de 20 años haciendo piruetas, y el cómo llegó a hacerlas es una gran anécdota, pues fue gracias a una apuesta. Desde el cuartel general de Lazytown, en la capital islandesa Reykjavik, Magnús recuerda sus inicios. Creció en el pequeño pueblo de Borgarnes, Islandia, y siempre quiso ser arquitecto, pero sólo consiguió trabajo como constructor y carpintero. Esto le fue de mucha utilidad cuando decidió construir él mismo, ladrillo a ladrillo, la casa donde vive junto a su pareja por 17 años -a quien, por cierto, conoció en un gimnasio- y a sus tres hijos. Pero cuando tenía recién 20 años de edad, él y un amigo carpintero hicieron una apuesta: “La idea era que cada uno tenía tres años para ser campeón en el deporte que el otro le eligiera, y la única condición era que no debíamos saber nada acerca del deporte que el otro designara: él eligió gimnasia aeróbica, y yo snooker (N. de la R.: una variación del billar)”. La verdad, no hay antecedentes acerca de cómo le fue al amigo, pero Scheving fue campeón nórdico y europeo, y medallista mundial de plata. En 1994 fue electo el “Deportista del Año” en Islandia, y a raíz de su éxito meteórico fue rápidamente aceptada su personalidad motivadora. Así, influido por la realidad de los niños de su país, que eran cada vez menos activos y más obesos por obra y gracia de la comida rápida, comenzó a viajar dando charlas relativas a un estilo de vida saludable. Pronto se hizo conocido y se percató de que no había modelos positivos para los niños, así que decidió crear un libro de cuentos: era el inicio de Sportacus y Lazytown.
Los saltos de este gimnasta no llegaron hasta ahí. Hace un mes estuvo conversando con la ministra de Salud inglesa, Caroline Flint. El objetivo es hacer más atractivas las porciones de frutas y vegetales para el consumo de los niños a través de que en cada almacén del Reino Unido haya “dulces sanos”, es decir frutas y verduras, con el logo TMG (por las iniciales de ‘Think, Move and Go’, una rama de las empresas Lazytown). Así harían de las frutas algo más entretenido para el consumo infantil, pues la campaña “5 al día” no estaba arrojando los resultados esperados: “¿Sabes por qué? Porque, tal como había ocurrido en Alemania, estaban cometiendo un error fundamental… ¡Es que no había nada divertido en ella! El mensaje sólo consistía en decir ‘niños, coman cinco verduras al día’. Era una orden y a los chicos no les gustan las órdenes”, dice Scheving. El alter ego de Sportacus cuenta que, incluso, tuvo que aprender alemán cuando estuvo colaborando con la campaña de ese país. “Es que tenía que dar el mensaje de manera correcta y natural para los niños”, acota entre risas.
Destaca que para reducir los niveles de obesidad infantil en un país, debe haber un trabajo mancomunado. “El problema no puede ser solucionado por una persona o sólo una institución; debe haber compromiso de todos, de los padres, de los colegios, de los políticos, de autoridades de salud… ¡De todos!”, dice convencido el deportista y empresario, con un entusiasmo que contagia a cualquiera. Y eso es lo que quiere: incentivar a que la gente adopte, de manera espontánea y activa, un estilo de vida en el que la apatía y la inercia no tienen cabida. Porque, a su juicio, una persona perezosa no es sólo la que no se mueve sino aquella con desidia, la que no se interesa por lo que le sucede al resto de la gente.
“No sirve decir ‘coman fruta, coman vegetales’ mientras la televisión bombardea a los niños con comerciales de chocolates y golosinas cuyos envases los invitan a comerlos. Por eso digo que la responsabilidad es compartida: hay que hacer más entretenido el consumo de frutas y vegetales para los pequeños. Si se crea ese hábito desde temprano, al crecer lo verán como algo natural y nadie tendrá que obligarlos a hacerlo”, asegura Scheving.