Esto de ser mujer en éstos tiempos se vuelve cada vez más exigente, como decía la Salosny por ahí, a nosotras se nos exige más. Estos últimos meses de mucho trabajo, haciéndome cargo de una labor que tiene más de masculino que de femenino, me tiene agotada. Lo cansador de todo es que la casa, la hija, el colegio, la colación, la verdura, el supermercado, la administración de la casa… sigue igual, y para colmo hay que verse y sentirse linda. Menos mal que mi embarazo ni se siente.
Sé que ésto es temporal, ya que forma parte de desafíos personales que ya están absolutamente confirmados, Puedo hacer de todo, y soy buena en lo que sea. Eso es lo que enseña una buena experiencia como la que estoy viviendo éstos 4 meses, casualmente o “causalmente” coincide con el embarazo. Lo que sí se es que no he parado y le he dado bien poco tiempo a éste blog.
Por ahora terminar ésta casa que está quedando linda, terminar una asesoría en Feng shui que tengo que entregar, meterme a hacer un par de páginas webs que me encargaron y volver a la enseñanza del yoga, que me invitó Alvaro hoy para que le ayude en el Rukalihuén. Y entre medio de todo, que la guatita vaya creciendo.
Soy una mujer múltiple más, como muchas que existen en éste mundo.