El velador es cómplice de todos nuestros secretos, de nuestras aprehensiones, nuestras acciones inconclusas, nuestros pecados, ahí es donde probablemente podemos ver una radiografía de nosotros, siempre y cuando sea un lugar al cual recurrimos a diario.
Al echar un vistazo al velador de una persona, podemos evaluar cosas como por ejemplo:
Qué nivel de cachurero eres, te gusta acumular cosas que no sirven? y te traen recuerdos emocionales de algún minuto que quieres recordar siempre, como el corcho de una botella de vino con la que celebraste tu aniversario de matrimonio?, o monedas de los países por los cuales has estado, botellas vacías de perfumes, restos de chocolate, etc.
El hipocondríaco, diría que es el velador con todos los remedios necesarios para cualquier dolencia o tus dolencias más frecuentes, ahí te puedes dar cuenta cuán enfermo estás y cuánto depende tu cuerpo de los químicos.
Los veladores en los cuales atesoras objetos que para ti son de mucho valor, joyas, fotografías, perfumes, y a ese lugar le das una connotación de “altar”.
Si en tu velador haya un alto de libros que comenzaste y no has terminado aún, esperando una larga vacación que te dé tiempo para hacerlo…probablemente nunca cierras lo que te propones.
A todos ellos… la recomendación es la misma, limpia, ordena , regala, libérate de cargas del pasado y llena tu velador de nuevas miradas, nuevos regalos, de nuevos valores. Esto va para el velador como también para tu escritorio.